diumenge, 5 d’octubre del 2014

Torobaka

Israel Galván & Akram Khan
Mercat de les Flors, 3 d'octubre de 2014


Anda jaleo, jaleo...

Furia y sosiego. Como se sucede entre fuego y tierra. Calor, violencia y combustión frente a frío, raíz y estabilidad. Los otros dos elementos son agua y aire. Así lo propusieron los antiguos griegos cuando se enfrentaron al reto de pensar sobre el principio de todas las cosas o arché. Hasta que llegó Aristóteles y tuvo necesidad de incorporar lo que unía a todos ellos: la quitaesencia. 

En un escenario vacío, en el que los focos dibujan un círculo, se juega el flamenco de Israel Galván y el kathak de Akram Khan. Cuerpo (tierra), música (agua), aire (arte) y fuego (danza). Torobaka toma el título y la idea del poeta dadaísta Tristan Tzara: entre todos los elementos del lenguaje, la construcción de algo nuevo por combinación artificiosa. Dos singularidades que se confrontan para dejar de ser cada cual y pasan a generar experiencia (quintaesencia). 

¿Alguno de aquellos elementos sería más importante que el otro? Desde luego que no. Por eso la obra está dividida en secciones: solo al principio y al final -en ese sentido circular de la iluminación- se atreven a combinar su talento. Y en las demás partes cada uno muestra su quehacer, como Akram se atreve con un zapateado descalzo y Galván con el juego imposible de gestos parlantes. La música, con algunas versiones de las canciones populares que Lorca recogió y armonizó; al lado de las voces de Christine Leboutte y Bernhard Schimpelsberger, el compositor David Azurza y el cantaor Bobote, son la muestra de esas múltiples lenguas y tradiciones populares. “Anda jaleo, jaleo...” cantan juntos.

Y ésa es la mayor (y mayúscula) aportación de esta colaboración: una fiesta creativa, una celebración de la diversidad, una ráfaga de aire fresco, un grito a la esperanza, un relámpago danzado.



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