dijous, 21 de maig del 2015

Wakefield Poole: visiones y revisiones

Celeste González
Festival Sismògraf d'Olot, 24 d'abril


Versió en català a Núvol, el Digital de Cultura

©Martí Albesa, Festival Sismògraf Olot 2015

Mariconear la danza

Wakefield Poole fue bailarín de los Ballets Rusos. Enfundado en sus mallas, bailó en muchas ocasiones El lago de los cisnes. Luego reorientó su carrera y se pasó a la dirección de porno gay, entre los años 70 y 80. Boys in the Sand, su primer film, tuvo muy buena acogida. Celeste González le dedica la magnífica performance Wakefield Poole: visiones y revisiones. Porno y danza por fin en una sola obra. No se trata solo de un acto de subversión del relato. Es sobretodo un deber de re-apropiación emocional. El resultado es brillante, divertido y conmovedor.

La erótica del cuerpo masculino de ballet, sometido a las reglas del acto sexual simulado. Tal es el encuentro que relata este artista canario, en una ficción argumental que especula sobre las fisuras y rupturas que la aparición de “lo gay” debió producir en la conciencia de los propios bailarines, al generar la necesidad de reivindicar (también desde la danza) el propio espacio. Quizás no todo lo que se explica en esta obra pueda ser demostrado. No es más que una tesis. Pero resulta plausible a la vista de los acontecimientos del 69 en Stonewall y sus derivas posteriores y que Wakefield Poole debió vivir en primera persona en su país.

Y Celeste González es el medio ideal para explicarla, tanto en lo representativo como por la imaginación narrativa con la que teje esta hora de espectáculo. Entre imágenes de aquel film porno y las explicaciones que hace de la historia del ballet, encarnada esta última en una de las obras más conocidas del género, Wakefield Poole: visiones y revisiones se convierte en una apropiación necesaria. Y en un recordatorio para todos, en estos tiempos. No es solo un juego fantástico de correlaciones, visiones, comparativas y nuevas miradas entre esos dos mundos a priori tan lejanos. Es esencialmente un grito de alerta. Para no olvidar, frente a la estupidez y los nuevos fachas globales, que la libertad no se pide. Se conquista. Y que queda todavía casi toda la simbología por alcanzar.

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