dimarts, 2 de juny del 2015

0'1234 (Full Evening)


Teatre Principal d'Arenys de Mar, 30 de maig de 2015
Companyia Habemus Corpus
Dir: Miquel G. Font
Ballarins: Daphne van Dooren, Emmanuel Dobby, Maya Gómez, Miquel G. Font

La bailarina Maya Gómez
La vida en sus rupturas se teje de azar pues está hilvanada de instantes impredecibles. Es fugaz en clave de futuro: presente dicho ayer, gesto a ninguna parte en la memoria. Flecha del tiempo: "Imposible con nubes estrechar un cuerpo, una fortuna" (Cernuda)

Una chica con un bolso. Una calle. Un encuentro fortuito. Cualquiera diría haberlo visto ayer. Lo minúsculo como universo. Desde ese punto Miquel G. Font diseña el tejido de esta historia. En cuatro secciones dispuestas como relato de aquello que realmente sucedió, como de lo que podría haber sido. Basta una acción y una palabra: danza y narración. Verbo encarnado.

La chica es la bailarina Daphne van Dooren. Aparece en escena con un solo nervioso, ajetreado. Dúctil, esperanzada, acechada por sus circunstancias, se mueve como una sábana al viento sujetada por escasas pinzas. ¡Qué audaz resulta la esperanza! El del encuentro está protagonizado por el bailarín Emmanuel Dobby. Resuelto en fragancias de ropa recién lavada, y en la sección central de la obra, bailan juntos el dúo de amor y muerte. Fresco, elegante, ignorante de su destino, resolutivo como un pañuelo de cachemir ligado al cuello. ¡Qué suerte la de la belleza!

Hay otra historia. La que interpreta Maya Gómez y que desborda en su solo. De espaldas al público en un fragmento, es como una seda que se va posando sobre el escenario. Su gesto danzado acaricia con la suavidad de una toalla de algodón. Tensa en su acción, maleable en su ejecución, envuelve de interrogantes al espectador desde su temprana aparición junto a Emmanuel en el prólogo de la historia. ¡Qué fuerte resulta la determinación!

Y por fin está Miquel G. Font: responsable de esta fábrica de tejidos emocionales. Firma la música, la coreografía, el concepto escénico, hasta las luces y la promoción del espectáculo. Bailarín de acentos clásicos es el huso de la máquina: da consistencia a lo imaginable, con un muestrario de registros poco común, diseña con inteligencia estrategias y somete a su público a un patchwork de imágenes, escenas, baile y texto casi inaudito en la danza y el teatro que se hacen aquí.

A cada instante, un hilo de vida. ¿Se imaginan todo eso sobre el escenario, bailado? No se lo pierdan si tienen ocasión.


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En el Digital de Cultura Núvol vaig publicar una prèvia a l'estrena divendres a L'Estruch de Sabadell i dissabte i diumenge al Teatre Principal d'Arenys de Mar. Pots consultar-la aquí.

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