diumenge, 4 d’octubre del 2015

El otro

Romain Chat y Quim Vilagran
TNT: Festival Noves Tendències de Terrassa
3 d'octubre de 2015


La alteridad trascendente 

Publicat al portal de crítics Recomana.cat

No es fácil tratar temas de gran acento de forma sencilla e invitar a la reflexión. Hay una oscuridad, muy propia de la filosofía, que aleja más que facilita la proximidad para con los intereses cotidianos del ciudadano medio. Aunque su pertinencia sea muy alta, casi necesaria, visto especialmente el estado de superficialidad y ligereza con la que llevamos adelante nuestra existencia. El otro, como concepto, es uno de esos temas fundamentales en la configuración de lo propio, de la identidad y el reconocimiento del ser humano como parte de su comunidad. La falta de empatía, comprensión o simplemente respeto por las actitudes o actos de los demás son fuente inacabable de luchas, disputas y desgracias en cualquier sociedad. Y el equilibrio entre los propios impulsos y los derechos ajenos, la gran cuestión irresoluble de la humanidad.

Para contado de manera fácil basta ver a Romain Chat y Quim Vilagran explicarlo. Bien cuando bailan mientras hablan, en una especie de adaptación casera del famoso método del "verbatin" de la Compañía DV8; o bien cuando manipulan unos clicks (esos muñequitos con los que aún juegan los pequeños) en diversos escenarios construidos con recursos simples, pero efectividad visual y economía de lenguaje.

Por el camino, como decíamos, invitan a pensar sobre muchas cosas de gravedad: los clicks representan dos turistas fascinados por las maravillas arquitectónicas de la ciudad de Barcelona, en una geografía vital globalizada en la que ya no existen diferencias substanciales en el centro de la capital, con sus tiendas de multinacionales, el consumo como objetivo y el desfase como sistema de "liberación mental". Mientras que los bailarines manejan conceptos relativos a la diversidad, las mutaciones, la genética y los equilibrios químicos y similares, que pueden resultar harinosos, pero que explicados con la intención de su relativización tienen doble o triple sentido.

Dos hombres en contacto son eso: puro azar. Se reconocen entre ellos como parte de algo que pertenece más al ámbito de lo inmaterial, algo que define la substancia humana. El acierto de El otro es precisamente poner en el escenario esas cuestiones difíciles, con simpatía, sencillez y claridad meridiana

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